Carolina Harboe

curs06

Cómo saciar tu apetito – Calidad frente a Cantidad

Calidad frente a Cantidad

L@s que ya me conocéis un poco, os habréis dado cuenta que, rara vez, hablo de “cantidades” en mis charlas o cuando diseño dietas personalizadas.  Soy muy reticente.  Cualquiera que haya tenido que seguir una dieta (de las clásicas) ha notado esa sensación de rediculez al pesar cada ración de proteína y carbohidrato y contar las cucharadas de aceite a añadir al plato.  Cierto es, que las proporciones de estos macronutrientes entre ellos puede ser importante pero he observado que cuando nos fijamos más en qué comemos, no hace falta gastar tanta energía en controlar cuánto comemos.

Una pregunta muy típica que se me hace para la alimentación infantil es ¿cómo de grande debe ser el biberón? o ¿cuánta papilla en cada sentada?  ¡Qué osadía la mía el intentar calcular ese número! (…y mira que hay profesionales que reparten datos de gramos y mililitros de forma gratuita!!)  Los niños crecen a estirones y su apetito les sigue.  Esto lo podéis observar cuando su hermano pequeño de repente come mucho más que el mayor o cuando tenemos las llamadas “crisis de lactancia”.  ¿Qué podemos hacer como padres?  Acompañarles ofreciéndoles alimentos de máxima nutrición y dejar que ellos regulen la cantidad.

En los adultos, por desgracia, este mecanismo de regulación del apetito está a menudo algo trastocado por las emociones, traumas infantiles, la comida basura, las prisas…pero no está todo perdido.  Mejorando nuestra dieta, aumentando el número de nutrientes por bocado y disminuyendo las calorías vacías (básicamente las harinas refinadas y los azúcares) poco a poco podemos reeducar nuestro cuerpo a informarnos de cuándo dejar de comer.  Si al mismo tiempo, trabajamos esas emociones perturbadoras y hacemos un mínimo de ejercicio físico ¡volveremos a abrir un canal amplia de comunicación con nuestro cuerpo!

Os doy unos consejos sencillos de aplicar por si no lo estáis haciendo ya…
– levantarse de la mesa con hambre, la sensación de saciedad tarda 20 minutos en llegar a su máximo
– comer despacio, masticar bien, ser consciente del acto de comer
– comer alimentos de temporada, locales y de estación
– almacenar y preparar los alimentos para que mantengan su valor nutricional
– aliñar, especiar, combinar, adornar los alimentos para que el plato final ofrezca una variedad de sabores y texturas.  Esto satisface el cuerpo a otros niveles más allá del nutricional
– Reciclar el agua de cocción de los alimentos para cocer cereales, así se reparten los sabores pero también el valor nutricional
– Usar súper-alimentos y alimentos integrales sin refinar en tus recetas: cereales integrales en grano, germinados, algas, semillas, frutos secos, cacao puro, fruta deshidratada…
– no intentéis esquivar las grasas por tener mucha densidad calórica ¡mantienen la comida más tiempo en el estómago y ayudan a regular hormonas!  (2 cosas fundamentales para pérdida de peso) Hay que buscar grasas de calidad, sin transformar y en su estado natural.
Aquí tenéis unas ideas prácticas para ir incorporando en vuestros hábitos diarios.  ¡Espero que notéis cambios para mejor!