Antes de nada, reconozco que hoy estoy “posteando” otro newsletter, el segundo de este mes. Estoy viviendo (no sé si tú también) una seria distorsión del tiempo y han habido cambios interesantes en mi agenda de eventos ¡los cuáles me hacen mucha ilusión presentarte!
Añado a esto, una sensación de ser una “persona nueva” en comparación a hace 2 semanas. Llevo, supongo que como tú, un mes sin salir de casa (salvo para lo imprescindible) y viviendo una situación imprevista y inaudita en la historia de nuestra generación. Tengo que reconocer que no lo llevo tan mal y hoy quisiera compartir contigo cómo es mi día a día por si algo de aquí te puede servir de ayuda.
Debo recalcar que cada persona es un mundo. Lo que me va bien, a ti no tiene porque ser tu salvación pero es posible que algo de lo que escribo aquí, te resuene y te inspire a probar. ¡Pues adelante!
1. Yoga, ejercicios de respiración y meditación – así empiezo mi día. Un “saludo al sol“, seguido de unas respiraciones yóguicas y unos minutos de quietud mental, corporal y emocional (pueden ser 5, otros días 30). Yo Soy. El silencio de la casa durmiendo me permite tener el único momento ininterrumpido y lo aprovecho para estas actividades. Si compartes casa con varias personas, el encontrar un rato para ti (y si puede ser en soledad ¡mejor!) es importante. Estas actividades me traen al momento presente. No hay móviles, ni interrupciones, ni distracciones. Solo estoy yo con mi alma y mi cuerpo. ¡Mi paraíso interno! Digo esto pero, hay días en que esta actividad me pone cara a cara con emociones no tan agradables. Bienvenidas también. Todo debe tener su lugar.
2. Comer ecológico, comer solo comida, evitar los azúcares. Una dieta libre de toxinas, llena de nutrientes y de liberación estable de energía es mi salvación, es mi medicina. El trabajo de planificar y cocinar yo (en vez de abrir paquetes de ore-cocinados) aporta una energía inmensa a cada bocado que como y comen los míos. El azúcar es mi perdición. Me atrae en momentos concretos y me sienta fatal a nivel físico y a nivel emocional. Ahora más nunca, busco controlar mi ingesta y recurrir a fruta, fruta disecada, frutos secos, chocolate negro, una infusión verbal ¡o simplemente me distraigo y me voy de la cocina!
3. Ayuno intermitente – procuro cada día estar mínimo 12h sin comer. La mayor parte de los días de la semana consigo estar 14 ó 16 horas sin comer. Esto se traduce en saltarme o el desayuno o la cena. El comer solo 2 veces al día y restringir mi ingesta de nutrientes y calorías en una ventana reducida de horas, le permite a mi tracto digestivo tener un descanso prolongado cada día. Esto favorece el tener más fuerza digestiva, más capacidad detox y una mayor flexibilidad metabólica (poder quemar mis reservas energéticas). Estoy segura que mi flora intestinal me lo agradece también porque noto que mis hábitos de eliminación mejoran con esta forma de comer.
4. Mantenerme hidratada – algo tan simple pero tan necesario y efectivo. Al salirnos de nuestra rutina, a veces nuestros hábitos de hidratación sufren. He tenido que tomar conciencia y adaptar el estado de confinamiento a contar vasos de líquidos beneficiosos a lo largo del día. Os doy algunos ejemplos de lo que bebo a lo largo del día: agua filtrada, alcalina y activada (si estás interesada en adquirir, usa el código CNUTRITION4547 para un 10% de descuento), kvas, kéfir de agua y kombucha. Y no descarto que cuando tengamos una fecha final de confinamiento ¡lo celebre con una cerveza ecológica artesanal! Eso sí, veo importante limitar la ingesta de alcohol durante el confinamiento porque un bloqueo de hígado se puede traducir en rabia e ira ¡lo cual no combina bien con la imposibilidad de salir y “desfogarte”!
5. Exposición al sol – ¿A que nunca habías tenido tan controlado las horas en las que el sol brille en tu balcón, terraza o jardín? El centro de nuestro sistema solar nos llama y nos invita ¡y nos sienta muy bien! Si incide sobre tu piel a menos de 45º, sobre tu piel sin cremas, durante unos 20′ te ayudará fabricar vitamina D, un nutriente imprescindible para tu sistema inmune, calcificación de huesos, hormonas y estado de ánimo. Nos energecita y nos eleva los ánimos. Date tu dosis diaria como si fuera una medicina. Si no puedes acceder al sol del mediodía, recomendaría encarecidamente que te suplementaras con vitamina D hasta que cambie nuestra situación. Para hacerte una idea de dosis, los bebés pueden suplementarse con 400-600UI’s, niños con 1000UI y adultos con hasta 5000Ui cada día.
6. Mover el esqueleto – Voy variando entre cardio, resistencia, y fuerza. Si no, me aburro! Intenta que sea divertido. ¿Qué te llama hoy? Tus pesas, subir y bajar escaleras, el entrenador personal de turno en YouTube o la rutina de zumba que te han pasado por WhatsApp? Es importante cada día llevar tu corazón a latir con fuerza y tu piel a sudar. Es una forma de “nutrirte” físicamente, energéticamente y emocionalmente. Para más ideas, te invito a echar un vistazo al último post de mi compañero de vida, Àlex Bosch – Entrenador de Salud, justamente sobre este tema.
7. Inmersión musical – ¿No se dice que calma a los fieras? Puede ser que tengas que tirar de mantras para cambiar la energía de la habitación después de un conflicto potente o te apetece cantar a toda voz y sin complejos los hits de cuando eras joven. La música nos puede incitar a bailar lo cual es una terapia holística en toda regla y te puede ayudar a completar el punto 6 al mismo tiempo ;-). El año pasado hice todo un trabajo personal de desbloqueo de mi 5º chakra a través del canto lo cual fue increíblemente liberador. Estos días en casa, la música está siendo una “invitada” habitual y más que bienvenida!
8. Un rato de juego – Es muy importante conectar a través de esta energía con quien compartes en casa y, si estás sol@, por lo menos, conectar con tu niñ@ interior. Unos momentos de diversión, creatividad y juego libre son imprescindibles para todos. No puede ser todo tareas y seriedad si no, te irás a la cama con esa sensación de que “algo ha faltado” en tu día….¡y con razón! Nosotros hemos jugado a cartas (al virus, ni más ni menos), hemos convertido la mesa del comedor en una mesa de pin-pon, hemos creado un juego de la oca con ejercicios físicos como tareas…¡imaginación a tope! Déjale rienda suelta!
9. Contacto con la tierra y con los animales – Está demostrado científicamente que acariciar a un gato relaja el ritmo cardiaco. No hace falta mencionar todos los “beneficios” que te pueden ofrecer el tener un perro durante el confinamiento ;-). Conectar con la tierra húmeda con los pies descalzos (también conocido como grounding) ofrece una lista de beneficioso físicos (más sobre esto en mis dos posts en RRSS hace unas semanas). El estar en casa ha despertado la confianza de una gatita callejera y nos ha adoptado. La familia crece…
10. Conversaciones profundas sinceras y emocionales – Durante estos días estoy descubriendo la importancia de la comunicación. El distanciamiento social nos hace reinventarnos para poder conectar con las personas a diferentes niveles. Estos se aplica tanto a las relaciones personales como las profesionales. Debemos recordar una cosa que a mi me parece fundamental: la palabra escrita no tiene tono. Cuando queramos comunicar a la distancia algo delicado, la voz y la imagen que acompaña puede ayudar muchísimo a evitar conflicto innecesario. Y cuando se trata de las personas con las que convivimos, no des por supuesto que por el hecho de estar juntos 24/7, nos estemos entendiendo. Reservar un espacio sin distracciones para permitir expresar y para la escucha activa, no tiene precio a la hora de resolver situaciones tensas.
Dicho todo esto, no quiera dar la falsa imagen de que mi vida es un camino de rosas y todo va sobre ruedas. Sé que las RRSS invitan a compartir solo lo bueno y esto puede despertar una sensación de inferioridad a quien lo lea. Hemos tenido, estamos teniendo y tendremos, seguramente, nuestros momentos de gritos, rabietas, llantos y pérdida de paciencia durante este confinamiento. Son escenas de éstas las que nos hacen aprender y crecer como personas.
¿Tú también sientes que estás creciendo y aprendiendo? Si es así, no olvides lo último y más importante de esta situación: DAR GRACIAS