Carolina Harboe

Agua de mar

Agua de mar

Se me despierta una cierta ternura cuando toco este tema.  Recuerdo estudiar, en la carrera de Biología, la asignatura llamada Historia de la Evolución y escuchar en detalle el como la Vida en esta Tierra se inició en el mar.  Esa mezcla de agua en movimiento, con esa composición exacta de minerales, junto con la luz solar.….creó una alquimia inexplicable dando lugar a…

LA VIDA EN ESTA TIERRA

No me sorprende, entonces, que miles de años más tarde, estamos estudiando a este líquido mágico para sanar tantas condiciónese rampantes en nuestra sociedad.  Nos obsesionamos con las vitaminas pero ¡nos olvidamos de los minerales!  Son igual de necesarias para que todo funcione correctamente en nuestras células.  Hay algunos minerales que los llamamos ·traza” porque los necesitamos en muy pequeña cantidad.  Esto puede generar confusión.  La palabra “traza” no significa que sean menos importantes.  Su carencia nos puede llevar a la muerte.  Son necesarias, igual que los minerales que precisamos en cantidades mayores.

Luego surgen las preguntas en cuanto a los minerales en nuestra dieta ¿Cuánto? ¿Con qué frecuencia? ¿Cómo los tomo?  Como todo en el mundo de la nutrición, estas respuestas se deben personalizar, pero tenemos un comodín increíble en nuestra despensa: EL AGUA DE MAR.  No tienes que saber qué mineral te hace falta ni en qué cantidad.  Con suplementar a diario una pequeña cantidad, te puedes quedar tranquila/o que no te faltará de nada.

Pon un chupito pequeño debajo de la lengua y deja que se absorba a través de las mucosas.  Es mi forma preferida de tomarla pero también la puedes incluir en tu agua bebida para ir tomando a lo largo del día o incluir en cualquier receta en la cocina.

Sus beneficios se extienden desde el tratamiento de alergias, desintoxicación celular incluido metales pesados, equilibrio del pH celular, para la fatiga crónica, mejoras en la piel (psoriasis, eccemas, pruritos y micosis), poder antioxidante y anti-envejecimiento, regeneración celular y reparación del ADN,  hasta la re-nutrición celular y re-hidratación corporal general.

Este mes me he animado a escribirte sobre este tema por varias razones.

  1. Hace unas semanas me pidieron preparar una charla sobre el agua y agua de mar en oncología y la preparación de dicha charla me volvió a enviar a las “profundidades oceánicas” de las referencias científicas sobre este líquido tan sanador.
  2. He tenido el lujo, en estos meses pasados, de colaborar con una empresa que se basa en el agua de mar.  Aquí te dejo el link por si quieres saber más.  Los productos BIO son de mi diseño y soy su asesora profesional.  Me encanta la filosofía detrás de esta agua de mar deshidratada y baja en sodio (para que sea más apto para personas con hipertensión o insuficiencia renal, por ejemplo) como base de todas sus fórmulas.
  3. Este verano pasé un par de noches en un barco y la salida al mar a ver el atardecer fue una experiencia mágica.  Aunque no nos pudimos bañar por la cantidad de medusas que vimos, lo pude vivir como el adentradnos en un terreno en el cual el humano es un simple “invitado” ¡a pesar de formar parte de nuestros orígenes evolutivos!

Espero que te haya servido para abrir los ojos antes otras formas de nutrirnos más allá de la comida :-)