Carolina Harboe

DSC 4235

Comer para ser feliz

Ser Feliz ¿No es el deseo último de todas nosotras?  Pero, a veces, me da la impresión que nos perdemos en los detalles del día a día y perdemos de vista a nuestro objetivo final.

¿Realmente te hace feliz pedir comida para llevar día sí, día no?  Podrías pensar que sí, porque te libera de cocinar y recoger la cocina pero ¿descansas bien esa noche mientras intentas digerir esa pizza?

¿Te hace feliz merendar bollería y un batido helado? O ¿Puede ser que el placer momentáneo no compensa tu niebla mental el resto de la tarde?

¿Te hace feliz re-calentar una comida en el microondas en dos minutos en vez de prepararte una ensalada potente con huevo duro, frutos secos y un aliño casero que te tardaría unos 20 minutos? A lo mejor, el remordimiento mental de los plásticos que has generado, la falta de vitaminas en tu cuerpo y el no poder ir al lavabo con gusto unas horas más tarde, no te compensan.

¿Te has dado cuenta de la energía emocional que se mueve en las ferias veganas o eventos de salud alternativa?  ¿Te has fijado en que la euforia casi roza la locura?  Siempre me ha hecho gracia.  ¡Fíjate en el “mundillo” de fermentados!  Las personas que comen alimentos vivos, fermentados y germinados a diario parece que están siempre “flotando” de alegría.  Éste es un tema que observo desde hace años y tengo una hipótesis que busco corroborar.  CUANDO COMEMOS MEJOR, SOMOS MÁS FELICES.

¡Pruébalo!

Primero, planifica tus comidas y crea una lista de lo que necesitarás tener para construir estos platos nutritivos y equilibrados.

Luego, compra con cautela, alimentos de fuentes conocidas, de temporada, locales y en su estado más natural posible.

Ten claro lo que vas a comer unas horas antes de cada comida por si tienes que dejar algo en remojo, descongelar o cocinar a fuego lento.  Entonces, cuando llega la hora en que tu estómago te llama la atención y toca comer ¡no tendrás la tentación de optar por una solución fácil y rápido pero menos apto para tu cuerpo!

Te será más fácil ser feliz cuando:

  • las digestiones te fluyan sin síntomas desagradables
  • eliminas cada día los residuos de tus intestinos
  • nutras a tus células con lo que pidan
  • tengas el equilibrio de microbiota corporal ideal para ti en este momento vital
  • mantengas una buena relación con tus hormonas y neurotransmisores
  • te encuentres con los niveles de energía óptimas y goces de un descanso reparador cada noche

Todo esto es posible con una dieta adecuada y personalizada para ti y con la ayuda de algún suplemento natural.  Si sientes que te alejas de este lugar, me ofrezco a acompañarte en tu búsqueda de la felicidad…¡sería un honor!