Carolina Harboe

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Cómo controlar el hambre constante

Sí, es posible. Es posible tener ganas de comer más de lo que tu cuerpo necesita y sentir ese hambre de forma fisiológica

¿Cómo?

Pues comiendo lo que no deberías y a todas horas. Cada vez que comemos algo que nos da mucho pico de glucosa en sangre – harinas refinadas, azúcares, dulces, chucherías, zumos de frutas, melazas, siropes….este subidón de azúcar viene seguido de un pico de insulina en sangre. Cuando hacemos esto de forma repetitiva se crea lo que llamamos una resistencia a la leptina.

Espero no estar yéndome a lo muy técnico pero me explico: La leptina es una hormona que nos hace sentirnos llenas, saciadas, satisfechas… con lo que acabamos de comer. Si tienes resistencia a esta hormona, por mucha cantidad de leptina que haya en tu sangre, la células no le “hacen caso”. Esto se traduce en hambre constante y, si cedes a ese hambre comiendo algo muy dulce, se vuelve todo esto un ciclo vicioso.

Hay esperanzas:  Se puede revertir este estado y volver a ser sensible a los mensajes de saciedad del cuerpo pero el proceso requiere sabiduría dietética y mucha conciencia.  El cuerpo es sabio y se adapta y se re-adapta según el entorno.  Debemos cambiar las señales que recibe.  Si remplazamos “calorías vacías” y alimentos muy azucarados por alimentos de energía de liberación lenta y mucha “densidad nutricional” ¡vamos bien!

Espaciar las comidas, una reducción de la ventana de alimentación, un ayuno prolongado, un aumento de movimiento físico, manejo del estrés, cold-therapy o ejercicios de relajación son otros hábitos que pueden ayudar al cuerpo a salir de la necesidad de picoteo constante, sobre-alimentación y deseo de dulce.

Cuando se consigue, la sensación es increíble.  Eres libre otra vez. Puedes comer 2 ó 3 veces/día sin necesidad de picotear, sin bajones de azúcar en sangre, sin mareos ni mala leche. ¡Tienes, de nuevo, las riendas de tu apetito!