La información es poder. Si entiendes cómo funciona tu sistema inmune, qué necesita para estar “a tope” y qué le perjudica en algunas circunstancias ¡tienes las riendas sobre tus defensas! Estamos constantemente expuestos a agentes externos que podrían desequilibrarnos de nuestro estado óptimo de salud pero puedes potenciar tu capacidad de adaptación con 5 simples actos:
1. Come una dieta basada de alimentos de alta densidad nutricional – Esto quiere decir “evita las calorías vacías”. No metas nada en la boca si no te va a nutrir. La idea es llenarte de vitaminas, minerales, fibras saludables, fitonutrientes de diferentes colores, hidratación limpia y energía estable. Estas son las herramientas básicas para tu sistema inmune.
2. Busca el sol – Durante los meses de verano, el sol llega a subir suficientemente alto en el cielo en algunos momentos del día que, cuando toca nuestra piel (sin protección solar, claro), nos anima a fabricar vitamina D. Esta vitamina es FUNDAMENTAL para, entre muchas otras cosas, un correcto funcionamiento de nuestras defensas. En invierno, por desgracia, en Barcelona, no vemos el sol en esa posición en el cielo durante 3-4 meses por lo que te aconsejo controlar tus niveles de vitamina D en sangre y suplementar, si baja por debajo de 50ng/ml.
3. Cuida de tu flora intestinal – De nuestros intestinos migran los diferentes microorganismos a dónde se les hace falta para proteger todas nuestras mucosas (pulmón, nariz, ojos, genitales, piel…) y así evitar la colonización en esos lugares de otros microorganismos patógenos. Realmente, son nuestra primera barrera de defensas y pueden evitar que nuestro propio sistema inmune tenga que actuar. Evitar la ingesta de antibióticos (al menos que sea estrictamente necesario) como medicación o en la alimentación no ecológica, comer y beber alimentos y bebidas fermentadas de forma regular y, a lo mejor, suplementar con probióticos pueden ser algunas maneras de prevenir infecciones.
4. Haz ejercicio físico moderado de forma regular y ten contacto con la naturaleza – Se estudiaron personas que siguieron esta regla y vieron que la respuesta de sus macrófagos (células en la primera línea de tus defensas) era mayor que el grupo que no se movía y se mantenía dentro de los edificios.
5. Evita el estrés prolongado en el tiempo – todos nos estresamos en algunos momentos y no pasa nada. Siempre lo hemos hecho. Lo que no es normal este grado de “estrés crónico” durante días, semanas o hasta meses que sufrimos muchos. Toma conciencia si entras en esta dinámica y busca momentos de relajación para romper esta tónica en tu vida. Tu cuerpo no puede concentrarse en defenderte desde dentro de un virus, por ejemplo, si percibe un estrés externo entendiendo de tus altos niveles de adrenalina y cortisol que te está “atacando un león”.
Para éstos y más consejos ¡echa un vistazo a mi taller de ARRIBA DEFENSAS! Cómo potenciar el sistema inmune de tu hij@ de forma natural (ver pestaña agenda).
¿Nos vemos allí?