¿Recuerdas una época en la que tenías las riendas de tu vida? Sientes que estás en “modo supervivencia”? Te encuentras llegando a las horas de comida sin haber planeado nada? El problema es que es el pez que se muerde la cola. Hay épocas de más y de menos estrés en nuestras vidas, está claro. Cuando entramos en uno de estos momentos, es muy posible que dejemos de hacer deporte, vamos cocinándonos menos, nos encontramos sacrificando tiempo en la planificación de la compra semanal e, inevitablemente, esto empieza a notarse. Hay más nebulosa mental. Nos encontramos con menos control de las emociones. Las digestiones van a peor porque nuestro cuerpo se resiente de la comida que le vamos “echando”. Llegamos al final del día sin fuerzas y motivación.
Es importante realizar un cambio para no seguir en esta espiral hacia abajo de decadencia física, emocional y nutricional. Toma un poco de tiempo para planificar tu menú semanal. Ten en casa alimentos saludables de temporada. Cada mañana, al despertarte, ten claro las comidas que habrá en el día que se extiende por delante de ti. Si hace falta adelantar la cocción, remojo, lavar o cortar de algún ingrediente, hazlo para que no te “pille el toro” y te encuentres pidiendo una pizza para llenar tu barriga como sea.
Si te cuidas, suben los niveles de una hormona llamada Dopamina que te anima a seguir cuidándote. Te apetecerá más ir a hacer deporte, a quedar con amigos a los que realmente quieres, a beber agua de calidad para calmar tu sed en vez de refrescos, a indagar más en ese tema que siempre te ha intrigado, a ir a la cama a descansar a una hora prudente…¡y te encontrarás infinitamente mejor!
No esperes hasta que no reconocerte en el espejo antes de realizar el cambio. ¡Hazlo ahora!